Desde la difusión de la prensa de tipos móviles, a partir del siglo XV, en un proceso que dio origen a la masificación de la lectura, nunca se ha consumido tanta información como ahora.
El aumento del acceso a Internet en los últimos 20 años conectó a más de 3.000 millones de personas e hizo crecer en dimensiones inéditas tanto la demanda por noticias como su propagación.
Productores de contenido de calidad y un registro histórico como Folha tienen el desafío de hacer prevalecer los valores del periodismo profesional en medio de la cacofonía propia del medio digital, en el que la información y entretenimiento, realidad y rumor, noticias y noticias falsas tienden a confundirse porque casi todo se expresa con igual estridencia, reproduciendo una versión desvirtuada del acontecimiento.
Se entiende por periodismo profesional aquel que sigue las reglas técnicas y patrones de conducta que garantizan un relato fidedigno de hechos relevantes.
Aunque la objetividad descriptiva sea inalcanzable como valor absoluto, procesos consagrados de investigación y redacción amplían la distancia crítica y tornan las descripciones de los hechos tan exactas como es posible.
Buscando mantener una postura equidistante de las diferentes fuerzas que actúan en un determinado escenario y dispuesto a escucharlas y expresarlas, el periodista profesional confirma la veracidad de los hechos, apunta conexiones lógicas entre ellos y establece la jerarquía noticiosa.
El desafío del periodismo profesional se torna todavía mayor debido a la crisis del modelo de negocio, que desde hace décadas mantiene a las empresas de comunicación, y que se asienta en la circulación de pago y, especialmente, en la publicidad.
Son estas las bases, que hacen viable la producción del contenido de credibilidad, el principal activo del material comercializado.
Por un lado, la experiencia demuestra que existe una cantidad significativa de público dispuesta a pagar suscripciones digitales de medios periodísticos y el aumento de una población cada vez más instruida, conectada y exigente en materia de conocimientos sugiere un prometedor camino a ser recorrido.
Por otro lado, una parte creciente del presupuesto publicitario es engullida por el duopolio que controla, a escala mundial, el mecanismo de búsqueda y las redes sociales de internet.
Parece improbable que el periodismo profesional practicado de modo independiente se torne atractivo para esos conglomerados que explotan operaciones comerciales mucho más abultadas y que han dado muestra de docilidad política frente a los gobiernos que no toleran la crítica.
Las diversas formas de periodismo artesanal, practicadas con espíritu militante, dedicadas a un determinado tema o circunscritas a una comunidad, se muestran útiles para suplir lagunas en el conjunto de los medios, pero tienen el alcance limitado por la parcialidad del punto de vista y precariedad de la base material, aspectos que también afectan al periodismo financiado por distintas modalidades de mecenazgo.
Es crucial que las empresas de comunicación encuentren estrategias que les permitan continuar manteniéndose con autonomía en el mercado.
Para llegar a resultados positivos, esta ecuación debe tener entre sus variables no solo la atención más eficiente y centradas en las demandas de los lectores emergentes, sino también el ajuste de costes que el sector forzosamente viene experimentando.
Tantos cambios ocurren en una era de intensa efervescencia noticiosa, con acontecimientos de relevancia periodística sucediéndose a una velocidad inédita, en un momento en que, para citar la versión anterior del Proyecto Editorial de Folha, publicada en 1997, las cartas de la ideología vuelven a ser barajadas.
En aquel período, que se desarrollaba bajo total hegemonía de Estados Unidos tras la caída del Muro de Berlín, el mundo vivía en una convergencia en torno a la economía de mercado, la democracia representativa y la globalización liberal, con el aumento acelerado de la circulación de bienes, personas y costumbres.
Actualmente, China se contrapone a Estados Unidos, aunque tengan sus economías entrelazadas.
Enormes contingentes demográficos en los países en vías de desarrollo se emanciparon de la pobreza pero, conforme los países desarrollados emergen de una brutal recesión financiera (2008-2012), las sociedades se muestran divididas entre un sector que se beneficia del progreso y otro menos integrado, al alcance de discursos políticos marcados por una ideología nacionalista beligerante y conservadora. La exaltación del terrorismo apenas acentúa el carácter xenófobo de esas tendencias.
Es demasiado pronto para decir si esa inquietante inversión de perspectiva será duradera.
En el ámbito brasileño, después del periodo de estabilización político-económica asociada al presidente Fernando Henrique Cardoso (PSDB), el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (PT) concilió responsabilidad en la gestión económica y programas redistributivos, beneficiándose de reformas realizadas años antes y de un ciclo internacional favorable a exportaciones de commodities.
El intento de prolongar la bonanza de forma artificial, todavía en el gobierno de Lula y llevado a sus últimas consecuencias en la gestión de Dilma Rousseff (PT), derivó en una de las mayores crisis financieras de nuestra historia y en una controvertida, aunque constitucional, deposición de la presidente.
Tras un cambio de rumbo, catalizado por manifestaciones públicas de dimensiones insólitas, un gobierno de transición liderado por Michel Temer (PMDB) aplica una receta de reformas liberales y de control del gasto público.
Las decepciones acumuladas se materializaron en el vehemente apoyo popular a la Operación Lava Jato, instruida por la Justicia Federal, en la que el Ministerio Público Federal y la Policía Federal, secundados por la prensa, desvelaron una trama de corrupción de proporciones inauditas.
La megacausa, que comenzó en la empresa Petrobrás y comprometió sobre todo al PT y al PMDB, reveló un esquema de corrupción en el que también estaba involucrado el PSDB, entre otros partidos, además de diversas empresas privadas, en particular las constructoras.
Ante tales acontecimientos, se disemina la sensación de que pocas veces la polarización política fue tan áspera, amplificada por la cámara de resonancia que son las redes sociales, cuya lógica conduce a maniqueísmos exaltados.
Esta coyuntura somete los aspectos programáticos de este periódico -pluralismo, independencia crítica y apartidismo-, a una fiscalización y controversia más intensas que nunca. También ofrece, no obstante, una gran oportunidad para medios de comunicación como Folha.
En momentos como este, se hace todavía más importante la vigilancia independiente de gobiernos y empresas privadas, reafirmándose la imagen clásica de la prensa libre como perro de guardia de la sociedad y uno de los pilares de la democracia.
PAUTA PERIODÍSTICA PROPOSITIVA Y TEXTO CONCLUSIVO
Karime Xavier / Folhapress | ||
Lo que define a un periódico ya no es el medio impreso ni su periodicidad diaria, sino el propósito de condensar lo más relevante que ocurre para ofrecérselo a un público interesado en información, opinión y análisis.
Esta actitud integra la selección de contenidos entre los múltiples acontecimientos, de manera que se optimiza la experiencia del lector y valoriza su tiempo, cada vez más escaso y disputados por diversas fuentes de contenidos, noticiosos o no.
Es esencial, por tanto, conocer bien la composición demográfica, los hábitos y las demandas de los lectores.
Claro que siempre hubo algún recorte que dirigía la atención a una parcela limitada de los acontecimientos; no deja de ser un mito que alguna vez todos los hechos tuvieron una cobertura periodística.
La propuesta ahora es que se abra un abanico menos extenso de asuntos pero que, en contrapartida, cada uno de ellos sea abordado de una forma más minuciosa e interpretativa.
Es necesario coraje y dominio técnico para apostar por temas prometedores y determinación para seleccionarlos y persistir en su cobertura.
El periodismo practicado por Folha se concentra en temas de información general y de interés público, traducidos en contenido útil y comprensible para el mayor número de personas.
Sin renunciar a presentar un buen resumen informativo del último ciclo noticioso – haciendo énfasis en el panorama que surge cada mañana, sujeto a actualizaciones a lo largo del día–, el periódico debe buscar la noticia que tenga relevancia, alcance, originalidad, dimensión histórica o institucional y que despierte la curiosidad legítima.
La prioridad máxima del trabajo periodístico continúa siendo divulgar la información exclusiva: el hecho relevante, inédito y bien cotejado que un medio de comunicación revela.
Además del valor que trae consigo sacar a la luz información que no era de conocimiento público, la exclusiva estimula la función investigativa del periodismo y destaca la influencia del medio de comunicación que lo publicó.
Lo ideal es capturar un hecho insólito en su condición de símbolo o síntoma de alguna tendencia que se está gestando o de algún proceso social poco visible.
También hay otras maneras de publicar información exclusiva. A veces, a un acontecimiento ya conocido se le aporta un tratamiento original, un ángulo imprevisto, una visión diferente.
Para identificar este aspecto, es necesario querer huir de hábitos consolidados y buscar nuevos modos de contextualización de los hechos con los que el público ya está familiarizado.
Una parte significativa de la pauta periodística debe denunciar problemas, cuestionar a las autoridades, investigar irregularidades en el ámbito público o privado y organizar la cobertura de procesos judiciales relevantes.
Debe hacerlo, no obstante, de modo criterioso y prudente, evitando caer en prejuicios y en la exposición indebida de personas y empresas. Es imperativo publicar la versión de los hechos de la parte acusada, sobre todo antes de la sentencia definitiva, y noticiar las absoluciones que sobrevengan.
La primacía del periodismo crítico, sin embargo, no puede darse en detrimento de la publicación de contenidos inspiradores o con efecto práctico en la vida del lector, que busca cada vez más maneras de mejorar su vida personal, profesional y familiar.
La pauta periodística, por esa razón, tiene que dedicar parte de sus esfuerzos a identificar noticias de impacto positivo, con aspectos estimulantes o de oportunidad inmediata.
Si el llamado periodismo de servicio está hoy exento de ofrecer una serie de guiones y listas que se tornaron comunes en internet, este mantiene como instrumentos valiosos en su repertorio la prueba y la discusión de ventajas y desventajas de lo que será consumido por el público.
El contenido noticioso que resulta de esta pauta periodística y propositiva debe ir además más allá de lo meramente factual, incorporando una dimensión interpretativa que, sin desvirtuar la realidad, establezca relaciones entre los acontecimientos, sus antecedentes y probables implicaciones.
Se debe, siempre que sea posible, avanzar en una dirección conclusiva, identificando problemas y ponderando los pros y contras de las soluciones posibles.
Aun con la cautela recomendada y adoptada, un periódico comete errores e imprecisiones; puede, en ciertas circunstancias, perjudicar indebidamente la imagen pública de personas y organizaciones.
Es necesario reforzar el sistema interno de frenos y contrapesos – la obligación de publicar contestaciones fundamentadas, la actividad del ombudsman o defensor del lector (el profesional dedicado a representar los intereses del público y de las fuentes ante un medio) y la publicación metódica de rectificaciones de equívocos constatados.
Además de las características ya nombradas, Folha posee una sólida tradición de periodismo estadístico, centrada en los estudios elaborados por Datafolha, y visual expresado a través de una infografía de calidad y un vídeo periodismo creativo.
Es necesario expandir e incrementar esas herramientas valiosas para la presentación de la noticia.
Las bases de datos se consolidan y se multiplican, constituyendo un amplio terreno a ser explorado. En cuanto a las imágenes (fotos, vídeos, infográficos) deben ser informativas y plásticas, seleccionadas con rigor y publicadas con destaque. Ellas son cada vez más una puerta de acceso a Folha.
LA NOTICIA VA HASTA EL LECTOR
Karime Xavier / Folhapress | ||
La circulación de Folha incluye a lectores de la versión impresa y de la digital, en sus diferentes plataformas.
La versión impresa, que reúne lo más relevante o exclusivo que el periódico investigó en las últimas 24 horas, continúa siendo responsable de la mayor parte de los ingresos publicitarios.
La audiencia online, por su parte, se mide en decenas de millones de visitantes al mes, dada la posibilidad de acceso individual y gratuito a un número determinado de textos periodísticos.
El consumidor típico busca información pero una parte creciente de los lectores potenciales espera que la información vaya a su encuentro.
Folha necesita seguir adaptándose a las innovaciones tecnológicas y a las necesidades de sus lectores, llevando su contenido donde ellos estén.
Así como el área industrial es fundamental para entregar el producto impreso, la tecnología de la información se tornó crucial para la agilidad y la distribución de la versión online.
En el contexto digital, el periodista no solo se involucra en la producción de contenido, también participa en la publicación y distribución del material producido, y es en parte responsable de obtener audiencia.
Un medio de comunicación como Folha, no obstante, no debe mejorar sus índices recurriendo a la vulgarización y el sensacionalismo. Es valioso ser leído y seguido, pero es imprescindible preservar los niveles de calidad y destacar la unidad de propósitos y estilo en las diferentes versiones en las que el periódico circula.
La distribución no quiere decir divulgación gratuita. Hacer periodismo que cultiva el compromiso con la buena consecución técnica es una operación onerosa.
Folha considera que la garantía de la calidad periodística está en la remuneración adecuada del trabajo invertido, que los derechos de autor deben ser preservados y que la piratería debe ser combatida.
Asimismo, Folha cree que una publicidad libre y diversificada es esencial para mantener la independencia del periodismo. Juzga legítima la comercialización de contenidos patrocinados, financiados por anunciantes o socios, desde que la naturaleza publicitaria del producto sea transparente para el lector y no involucre a la Redacción en su confección.
Estima válidos, también, acuerdos que tornen viable la producción de contenido editorial de calidad, mientras se vele por la independencia periodística de su elaboración.
LA PLAZA Y LA COMUNIDAD
Karime Xavier / Folhapress | ||
El periodismo de Folha se desarrolla en un registro crítico, apartidista y plural. Su singularidad en la prensa brasileña se refleja en el pluralismo con el que cuestiona y problematiza a los poderes instituidos en la esfera pública y privada, dirigiendo su voz inquisitiva hacia las más diversas direcciones, incluso a los propios medios.
Practicar el pluralismo no significa renunciar a la investigación y cotejo de los hechos, sino entender que, muchas veces, existe una dimensión que está sujeta a la controversia, a ser contemplada de forma dosificada, con perspectiva y proporción.
La diversidad se manifiesta también en el amplio espectro ideológico del cuerpo de columnistas, que acoge las corrientes de opinión más representativas de la sociedad y hace de Folha un aliviadero natural de ideas y posicionamientos contrarios.
El hecho de contar con un espectro denso y variado de opiniones firmadas no exime al diario de emitir la suya sobre los temas más relevantes, sin embargo, las posturas que asume no custodian la cobertura periodística.
Estas características de Folha se tornan todavía más valiosas en un ambiente saturado de burdo maniqueísmo. Exponiendo al público lector lo contradictorio, pueden servir de antídoto contra el irracionalismo que se muestra reacio no solo a las formas tradicionales de intermediación política sino también a todo tipo de ponderación, equilibrio y matices.
Las redes sociales, que podrían ser un ambiente sobre todo de convivencia e intercambio, son programadas de tal modo que estimulan la reiteración estéril de hábitos y opiniones preexistentes. Los algoritmos que garantizan índices elevados de audiencia para las multinacionales del oligopolio son los mismos que alimentan el sectarismo y la propagación de mentiras.
Frente a este condominio cerrado de convicciones auto referentes, es deber del conjunto de los medios semejantes a Folha insistir en su condición de plaza pública, en la que se contraponen los puntos de vista más variados y donde el diálogo en torno a las diferencias es permanente.
Folha tiene la convicción de que pone así un rico acervo en manos del público. Desenvolverse bien en un mercado siempre más exigente y competitivo implica la reeducación constante que presupone el acceso a la información exacta, al análisis de calidad y a la diversidad de enfoques.
Al mismo tiempo, el crecimiento de oportunidades para un número cada vez mayor de personas y la propia preservación de la democracia como forma de convivencia civilizada dependen de un espacio público abierto, vigoroso y basado en el debate racional de opciones.
Un periodismo tal y como fue reseñado en este documento ha de ser el impulso decisivo para atender las demandas de nuestro tiempo. Es necesario imaginación y tenacidad para mantenerlo viable.