Capítulo 2
IA en el mundo real

A pesar de los riesgos, no se baraja poner fin a la IA; conozca sus usos prácticos

Los avances prometidos por la tecnología pueden superar problemas éticos

Raphael Hernandes

A pesar de las dudas sobre el impacto de la IA (inteligencia artificial) en la vida humana y sus riesgos, no se baraja abolir la tecnología.

"Nunca en la historia se ha dejado de utilizar una tecnología por razones éticas", dice Renato Rocha Souza, profesor de la Fundación Getulio Vargas e investigador de la Academia de Ciencias de Austria.

La razón del apoyo es que la IA puede aportar beneficios en diferentes áreas, una de estas es la medicina.

La tecnología puede ayudar a los médicos a detectar enfermedades al proponer diagnósticos o tratamientos. No obstante, al final, la decisión debe permanecer en manos del profesional.

La inteligencia artificial tiene la capacidad de encontrar patrones en millones y millones de mamografías, por ejemplo. De esta manera, puede ayudar a identificar un tumor en un examen de imágenes.

En el Hospital 9 de Julho, en São Paulo, la IA monitorea imágenes de cámaras instaladas en las habitaciones y detecta movimientos considerados de riesgo, como la baranda de la cama bajada o un paciente acostado muy cerca del borde de la cama. Cuando esto sucede, se emite una alerta para que el personal de enfermería intervenga y evitar una caída.

Casos reales para beneficiar a la humanidad están recogidos en el estudio del proyecto AIxSDGs, de la Universidad de Oxford, que fue publicado en septiembre. Los investigadores reúnen iniciativas de todos los rincones del mundo que utilizan inteligencia artificial para ayudar a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

En un mes, se catalogaron más de 80 proyectos en la plataforma. Incluyen soluciones como el Indian ConserWater, cuyo objetivo es reducir el desperdicio de agua en las plantaciones, y el Zooniverse británico, que analiza imágenes satelitales para denunciar el trabajo esclavo.

En la industria, una de las principales aplicaciones de la IA es analizar datos procedentes de sensores instalados en todas las etapas de producción.

Industria

La tecnología aparece en la fermentación de la cerveza. En el proceso, la bebida descansa en tanques mientras que la levadura convierte el azúcar en alcohol.

Para conseguir predecir el momento exacto del final de la fermentación, la cervecería Deschutes, en Oregón, en EE UU, utiliza sensores que controlan el estado del líquido en reposo y pasan los valores para que la tecnología analice su etapa de maduración.

"Si podemos pasar a la siguiente fase de producción sin esperar, ahorramos tiempo y ganamos capacidad de producción", dice Kyle Kotaich, jefe de operaciones de tecnología y excervecero de Deschutes. Kotaich asegura que la calidad del producto final ha mejorado con el nuevo proceso.

Carlsberg es otra cervecería que invierte en inteligencia artificial. La tecnología se lleva implementado desde 2017 en busca de nuevos sabores.

Hola, soy el robot

Otro uso muy común de la IA es la recomendación de contenido. Esta es la característica que permite a Netflix y Spotify sugerir a sus usuarios películas y música en función del historial de consumo del cliente y comparar su perfil con otros de gustos similares.

Los mecanismos de reconocimiento de voz, presentes en los asistentes de teléfonos inteligentes, también usan inteligencia artificial.

No es magia que lo dictado aparezca en forma de texto escrito en la pantalla del teléfono celular, se trata del PNL (acrónimo de "procesamiento del lenguaje natural"). Esta es también una de las partes del arsenal utilizado para una de las funcionalidades de la IA más populares de la actualidad: chatbots o robots para la atención al cliente.

Cualquiera que vea estos mecanismos funcionando puede que no se imagine toda la arquitectura compleja que se esconde bajo el capó. Además de procesar e interpretar lo que se dice, dependen de conexiones con diferentes fuentes de información para poder generar los textos de las respuestas.

En un chatbot al servicio de una entidad financiera, por ejemplo, cuando una persona pregunta "cuánto dinero tengo", debe comprender que la intención es consultar el saldo de la cuenta, incluso si esto no se ha dicho explícitamente.

A partir de ahí, el sistema se comunica con los datos del banco con el objetivo de descubrir la información y poder convertirla en una respuesta.

Esta dinámica mejora con el tiempo, en un proceso de aprendizaje. "Nuestra experiencia no comienza al 100% el primer día", dice Leonardo González, director de datos e inteligencia artificial de IBM Latinoamérica.

REEMPLAZO HUMANO

Una de las preocupaciones que ha despertado la inteligencia artificial es la sustitución del trabajo humano por robots. Los estudios indican que algunas profesiones deben ser absorbidas, un fenómeno común que surge con el advenimiento de las nuevas tecnologías, desde que el mundo es mundo.

Un estudio elaborado en enero de 2019 por el Laboratorio de Aprendizaje Automático en Finanzas y Organizaciones de la UnB (Universidad de Brasilia) señala que los robots amenazan el 54% de los puestos de trabajo en Brasil. Ingenieros químicos, cargadores de almacén y árbitros de voleibol están en el grupo de riesgo.

Sin embargo, en algunos casos, también se crean nuevas funciones relacionadas con el desarrollo de la tecnología. En la empresa Vivo, las personas pasaron de ejercer funciones de atención al cliente a trabajar en la capacitación del chatbot Aura.

Luiz Felipe es uno de los profesionales que dejó la central para convertirse en un profesor de robot. Se sometió a una selección interna y posteriormente fue capacitado durante dos semanas para asumir el nuevo trabajo.

"Vemos si Aura entiende al cliente. Por ejemplo, en el Sur, dicen 'boleto' en lugar de factura", dice Felipe, citando una situación en la que la intervención humana es necesaria para mejorar el servicio.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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